lunes, enero 08, 2018

Muy refrescante, como tu codo en mi cara

Sé que fue sin querer, sé que no lo pretendías, que no me viste, que me quieres bien, que fue un accidente. Pero al levantarte, me diste un codazo y de un plumazo visité todas las estrellas de la vía láctea.

No lo pretendía, yo no quería, fue involuntario, no suelo ser tan simiesco, tan básico, pero me quedé embobado mirando lo que vendría siendo, o sea, vamos, tu culo en pompa. Me hipnotizó, y me fui acercando como un gato acecha una cinta movida por el viento. Entonces te levantaste y, con el codo y sin quererlo, me rompiste la nariz.


 
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