De mi boca llena de pájaros
se despega una fina lámina
de labio azulado.
Ya no me he de permitir volver a besarte,
tu carne al puchero,
tus pies a las brasas,
tu alma vil a las jaulas del Hades.
Yo, desierto sin reina.
Tú, coronada, onírica,
en lo Profundo.
Al final de la baldosa afilada
te niego,
te desespero
te odioespero.